Quitar las tripas al pescado antes de guardarlo evitará que las bacterias del intestino contaminen el resto.
Evita romper la cadena del frío en la conservación del pescado, tanto en crudo como una vez cocinado.
Si no vas a comer el pescado nada más cocinarlo, mételo en un envase y déjalo en la nevera, intentando comerlo lo antes posible.